La sencilla realidad sobre Las Quince Oraciones De Santa Brigida que nadie está haciéndote saber

las quince oraciones de santa brigida

¡Vid verídica y fructífera! Recuerda a aquel torrente de sangre que afloró de cada parte de tu Bendito Cuerpo, igual que la uva exprimida en el lagar. De ahí que te rogamos, Oh Dulce Redentor y Salvador, que en el momento de nuestra muerte recibas nuestras pobres ánimas desterradas que regresan a Ti.

Por el vinagre y la hiel amarga que habéis probado en la Cruz, por amor a , oíd nuestros ruegos. Concedednos la felicidad de recibir con dignidad Vuestro Sacratísimo Cuerpo y Sangre Preciosísima durante nuestra vida, y también a la hora de la muerte para servir de remedio y consuelo a nuestras almas. ¡OH Dulce Jesús!

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Por esta amarga Pasión, y por la efusión de Vuestra hermosa Sangre, Os suplico, O muy dulce Jesús, que recibáis mi alma, en el momento en que y esté sufriendo en la agonía de mi muerte. Constructor del Cielo y de la Tierra, al que nada puede contener ni limitar! Y no viéndoos en un estado bastante lamentable para satisfacer su furor, agrandaron Vuestras Llagas, thy, añadiendo dolor sobre mal bolsa-termica.com. O Jesús, en memoria de este santurrón dolor que habéis permitido con tanto amor en la Cruz, Les suplico concederme la gracia de temeros y amaros. Haz de entender que cualquier persona que haya vivido en estado de pecado mortal por 30 años; pero recita o tiene la intención de recitar estas oraciones devotamente, , el Señor, le excusaré sus errores.

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Estas oraciones y estas promesas fueron copiadas de un libro impreso en Tolosa en el año 1740. Fueron publicadas por el Padre Adrien Parvilliers, de la Compañía de Jesús. El Padre Adrien era jesuita, misionario apostólico, en la Tierra Santa. Este sacerdote consiguió mantenimiento de flota la aprobación, el permiso y la recomendación que se requerían para dar a conocer estas oraciones.

Quiso llamar la atención a los reyes, pero éstos no le hicieron caso. Entonces pidió permiso para irse con su esposo en peregrinación a Santiago de Compostela. En el viaje, Ulf enfermó gravemente. Brígida oró por él y en un sueño se le apareció San Dionisio para decirle que se le concedía la curación, con tal que se dedicase a una vida santa. El marido curó y entró de monje cisterciense, donde unos años después murió santamente.

Y de este modo hemos venerado, según sus palabras «todas mis Llagas». Sin embargo, según esta cuenta, resultan 5.475 oraciones. (La devoción a las Cinco Llagas es asimismo muy apreciada por el Señor adjuntado con la Llaga de la Espaldarevelada a San Bernardo, como la más dolorosa de su Pasión.

• Este veredicto del Santo Padre fue confirmado con actos tangibles y concretos.
• ¡Oh, amable y adorable Jesús!

Si hubiese vivido siempre según su propia voluntad y debiera de morir mañana, su historia se extenderá. Necesitas saber que a quienquiera que haya vivido durante treinta años en pecado mortal y afirme devotamente estas Oraciones o se haya propuesto llevarlo a cabo, yo le excusaré todos sus errores. Y, conduciéndola hasta allá le daré, con singular trato, a beber de la fuente de mi divinidad; cosa que no haré con esos que no hayan recitado estas oraciones.

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