La mejor Guía para Las Quince Oraciones De Santa Brigida

las quince oraciones de santa brigida

Quince días antes de su muerte, tendrá un conocimiento especial de todos sus errores y una contrición profunda de . Cualquiera que recite estas oraciones, conseguirá el grado máximo de perfección. Estas meditaciones de origen divino, fueron fuente de piadosas prácticas espirituales de muchas generaciones de católicos que desearon proseguir jardin-urbano.com las huellas de nuestro Salvador, y así, retratarlo en sus almas. En 1862 el Papa Pío IX bendijo las revelaciones de Jesús a Santa Brígida de Suecia, y al año siguiente el Gran Congreso de Malines las aconsejó. Viacrucis compuesto de 15 oraciones que Nuestro Señor Jesucristo le dicto a Santa Brígida de Suecia.

, herid mi corazón para que mis lágrimas de amor y penitencia me sirvan de pan, día y noche. Convertidme completamente, ¡oh, mi Señor! Haced que mi corazón sea Vuestra Habitación Perpetua y que mi conversación Os resulte agradable. Que el fin de mi vida Os sea de tal suerte loable que, después de mi muerte, logre merecer Tu Paraíso y alabarOs para siempre en el Cielo con todos Nuestros Santos.

About Santa Brígida De Suecia

¡O Jesucristo! ¡Sois la eterna dulzura de todos los que les adoran; la alegría que sobrepasa todo gozo y deseo; la salvación y promesa de todos y cada uno de los pecadores! Las 21 promesas de Santa Brígida, comúnmente asociadas con las oraciones de Santa Brígida no están cubiertas por una imprenta. En Enero de 1954 la Oficina Santa mandó una advertencia que el origen supernatural de estas promesas no ha sido probado. Adondequiera que se rezaren estas oraciones, o si se rezan en cierto tiempo futuro, allí, estará Dios presente con Su felicidad.

, que inflaméis mi corazón con el deseo de tender siempre y en todo momento hacia la perfección en mis actos, que extingáis en mí la concupiscencia de la carne y los deseos de placeres mundanos. Les suplico, ¡oh, Rey de la Gloria! Por Vuestra Infinita Compasión y Piedad, y acordándoOs de Vuestra Promesa al buen ladrón arrepentido, al decirle que aquel mismo día estaría con Vos en el Paraíso, ¡oh, Salud y Alimento de nuestra alma!

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Simultaneamente habeis contemplado desgraciadamente la enorme multitud de reprobos que serian condenados por sus pecados; y Os habeis quejado amargamente de esos desesperados, perdidos y desgraciados pecadores. Acordaos de todos los temores, las angustias y los dolores que habeis permitido, en Vuestro Sagrado Cuerpo, antes del suplicio de la crucifixion. Despues de haber orado tres ocasiones, todo ba~nado de sudor sanguinolento, fuisteis traicionado por Vuestro discipulo, Judas; apresado por los habitantes de una nacion que habiais elegido y ensalzado. Fuisteis acusado por falsos testigos e inmerecidamente juzgado por tres jueces; todo lo cual sucedio en la flor de Vuestra madurez, y en la solemne estacion pascual. Oh Jesucristo!! Sois la eterna dulzura de todos y cada uno de los que Os adoran; la alegria que sobrepasa todo gozo y deseo; la salvacion y promesa de todos y cada uno de los pecadores!!

las tengo fabricadas. Debo decir que son un desafío, pues las promesas del Señor a quien cumpliere con estas oraciones como lo exige la Iglesia, son muy enormes, con lo que enemigo se empeña en que no las terminemos jamás. Y si desean un buen consejo, no las hagan antes de reposar, por el hecho de que dormirán antes de terminarlas.

Donde desee que se rezaren estas oraciones o si se rezan en cierto tiempo futuro, allí va a estar Dios presente con su Gracia. Libraré del purgatorio a quince almas de su parentela o estirpe, quince van a ser convertidasy quince serán preservadas y confirmadas en la gracia. Quince días antes de su muertevendré a con mi muy, muy cara y bien amada Madre, va a tener conocimiento perfecto de sus culpas, va a sentir mantenimiento de flota contrición profunda por sus pecados. Este alma conseguirá todocuanto le pidiere a Dios y a la Muy santa Virgen. En consideración a la enormidad de vuestras Llagas, enseñadme a almacenar, por puro amor a Vos, todos vuestros Mandamientos; cuyo camino de vuestra Ley Divina es extenso y interesante para esos que os adoran. ¡Oh, Jesús, Principio y Fin de todas las cosas, sois la Vida y la Virtud plena!

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